
Equilibrio, ese centro en el que descansa la dicha absoluta, mismo que todos procuramos localizar y pocos consiguen entender. Ketut, el líder de Julia Roberts en “Comer, orar y querer”, explicó de una manera sencillísima (y un tanto repelente) lo que el auténtico cómputo significa: “Para encontrar el equilibrio que buscas debes tener los pies tan de manera firme plantados en la tierra que parezca que tienes 4 piernas en vez de 2. De esta forma vas a poder estar en el mundo. Mas debes parar de mirar el mundo con la mente. Debes mirarlo con el corazón”.
Probablemente encontrar ese núcleo del que parte la congruencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, sea más difícil que la descripción precedente. Asimismo es certísimo que de la mano de la madurez sensible venga ese equilibrio con el que somos capaces de dejar de demandarle a el resto para empezar a darnos todo a nosotros mismos. En el momento en que una mujer procura percibir lo que “le hace falta” de una pareja, es obvio que no busca ni conoce el amor, más bien procura ocupar los vacíos de un desequilibrio que no la deja avanzar.
Vivir no significa respirar, levantarte todos y cada uno de los días, cepillarte los dientes y salir a cumplir tus obligaciones. Esas actividades verifican nuestra existencia, mas no le dan ningún sentido a nuestra realidad, es por ellos que precisamos hallar el equilibrio entre lo que queremos y lo que hacemos para lograrlo. Demandarle a un hombre que cumpla ciertas esperanzas, que nos entregue unas partes de su vida o bien que nos resuelva unas partes de la nuestra, no debe ver con amor o bien solidaridad, sino más bien con una dependencia sembrada en la inmadurez de nuestras emociones y concepciones.
Las cosas que una mujer madura no le demanda a un hombre en una relación van desde la manera en que decide probarle su cariño, hasta el futuro que planea compartir con ella. Por último nosotras decidimos qué y quién nos puede hacer felices, mas asimismo quién ha dejado de hacernos sentir plenas.

8. Ella nunca aguardará que la sostenga. El apoyo económico es esencial, mas en una pareja los dos deciden de qué forma van a llevar sus finanzas. Un hombre no es homónimo de un ingreso mensual y probar una incapacidad para valerte por ti te quita tu independencia, puesto que eso asimismo desea decir que no eres capaz de tomar desiciones por ti sola.


8. Ella nunca aguardará que la sostenga. El apoyo económico es esencial, mas en una pareja los dos deciden de qué forma van a llevar sus finanzas. Un hombre no es homónimo de un ingreso mensual y probar una incapacidad para valerte por ti te quita tu independencia, puesto que eso asimismo desea decir que no eres capaz de tomar desiciones por ti sola.

7. Jamás le solicitará que deje su trabajo o bien actividades para pasar más tiempo con ella. Una mujer madura es quien sabe distinguir entre cantidad y calidad tratándose de compartir tiempo con su pareja, por ende no va a dejar de lado sus pasiones o bien su profesión para enfocarse solo en él. Conque tampoco procurará que no cumpla con su trabajo o bien abandone su prioridades por pasar más instantes juntos.


6. No pretenderá decidir quiénes van a ser sus amistades y a quiénes va a deber dejar de frecuentar. Una mujer racional no admitiría perder el contacto con alguna amistad solo por el hecho de que su pareja se lo demanda, por tanto tampoco solicitaría algo de esta manera.


5. Los planes a futuro y los compromisos en pareja son cuestiones que deben decidir entre los 2, por tanto una mujer madura se aseguraría de escoger como compañero de vida a alguien que compartiese sus sueños. Por servirnos de un ejemplo, en el momento en que una mujer sabe que su pareja no cree en el matrimonio y decide admitir esos términos, domina que no es válido demandarle que cambie de opinión de un instante a otro.


4. No demanda que aparente algún estereotipo, puesto que para ella son esenciales los valores verdaderos y no los superficiales. Una mujer madura conoce todo de su pareja y por ende se enamora de una persona real, no de alguien a quien pretende mudar para su conveniencia.


3. Ella jamás demandaría sobre la manera en la que le expresa su amor a través de las redes sociales. Demandarle a una pareja que cambie su fotografía de perfil o bien nos dedique algún estado en Fb es verdaderamente tonto, puesto que eso no prueba nada. Si goza compartir publicaciones sobre su relación tómalo como un cumplido, si no lo hace una mujer madura sabe que eso no afecta la complicidad de su relación.


2. Una mujer adulta no aguarda que su pareja se transforme en una máquina de acero. Alentarse entre los 2 a llevar un modo de vida saludable es esencial y ventajoso para su relación, mas demandarle que pase 2 horas en el gimnasio o bien forzarlo a que lleve una dieta singular es una cosa que una muchacha madura jamás haría.


1. Una mujer sabia no precisa de ninguna “prueba” por la parte de su pareja. En el momento en que una relación está construida sobre una base de confianza jamás le solicitaría a su pareja que le muestre su celular o bien que le dé las claves de acceso de todos su temas privados. Para una persona madura eso sería una ofensa inaceptable.


El respeto, la cordialidad, paciencia y empatía son ciertas peculiaridades que representan a una persona madura. Por esa razón es simple distinguir entre una mujer que ha encontrado el equilibrio en su vida y una que prosigue en busca de él. Ella se distancia del drama y de la dificultad en una relación, es prudente y está presta a hallar el punto medio ya antes de llegar al enfrentamiento. La experiencia la vuelve siendo consciente de muchas situaciones que una muchacha inmadura ni tan siquiera apreciaría. Como conclusión, una mujer madura no le demanda a un hombre que la ame para poder quererse a sí.
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